viernes, 26 de marzo de 2021

Amanecer

 Es el tópico del renacimiento, la vuelta a la vida. Del giro del reloj de arena, la premonición de lo cíclico, como el eterno retorno nietzcheano. El amanecer. La esencia del principio, de la luz tras la sombra. Es el sentir que tengo. Empiezo a asomar la cabeza por la línea del horizonte, después de un tiempo ahogado en mi propia soledad. Soledad conmigo mismo. Soledad de no entender qué motivaciones te llevaron a cambiarlo todo. A darle otro giro a la tuerca, y romper el alambre que nos mantenía unidos, y, sin saberlo, nos ahorcaba. Por primera vez no vivo con la duda de qué he hecho mal. Qué hice para ahuyentarte. Qué hice para que quisieras escapar, cuando no sembré barrotes ni prisiones. Cuando escribí canciones y acordes. Cuando cultivé el corte y la vida correspondió quemando los vínculos que habíamos hecho florecer. Amanezco porque sé un poco más quién era antes de ti. Me hiciste tan feliz que cuando la bombilla se fundió pensaba que solo quedaban penumbras. Y ahora entra la luz de la mañana en la habitación, y sé que es emoción y permanente calor lo que espera. El calor de reencontrarme, como quien se cruza con un amigo de la infancia. El calor de abrazarme, como quien recuerda las tardes ociosas e inocentes de un niño. El calor de estar tranquilo, como un Nilo sin crecidas. Ya no hay altibajos ni baches. Tampoco parches de artificial compañía. Solo hay días y sus noches, momentos felices y proyectos, textos, planos de arquitecto que ubican mi vida en un ángulo catedralicio, como Miguel Ángel pintando la capilla, como Peter Pan y Campanilla, así es mi vida ahora. Soy el centro de mi obra.

El Sol entra por la ventana, un auspicio dorado de que todo sigue. Perpetuo, incontestable, sin variabilidad. Todo ha cambiado, pero sigue su curso. Como el arte del dramaturgo. Como el purgatorio del recluso. Como el latido rítmico de la existencia. Echo de menos Grecia, Roma, la cultura y la Gioconda. Si arde Notre Dame quedará una mácula, un recuerdo en forma de sombra de lo que un día fue grandioso. Pero la nostalgia no ahogará ningún corazón cuerdo.




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