martes, 2 de junio de 2015

Correspondencia.

Duele el querer. Es el vacío más grande y corruptor que puede sufrir el hombre. Pierdes la concentración, la calma, el sueño, la cabeza. Lo peor es no saber si es correspondido. Si solo eres un faro sin barco que te anhele, si eres el solitario vagar de un perro sin amo, si eres soledad anímica. La duda es lo peor de este sentir tan profundo. Al menos si no te quieren tienes certeza. Pero si te debates entre el sí y el no, si vagas entre el abismo y el cielo, entre el siempre y el nunca, si vives en el purgatorio del sentir serás plenamente infeliz. Bipolar. No te reconocerás a ti mismo. Solo serás un manojo de emociones descontroladas, un infinito chorro de dudas, una línea de tembloroso trazado, una sombra de ti mismo. Serás esclavo del quizás. Serás fanático del querer. Serás algo que detesta el poeta, y a lo que se debe: un existencialista de corazón ajado.

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