lunes, 23 de marzo de 2015

El hombre, no la sombra.


Lo único que es seguro es que lo mejor es no vivir de las imágenes. Esforzarnos en conocer a las personas, ese ha de ser nuestro objetivo. No podemos saber como es alguien solo por la imagen que nos ofrecen de sí mismos. No podemos tachar a Sabina de borracho, y olvidarnos del poeta. Ni olvidarnos a su vez del lado humano de muchísimos multimillonarios. El propio Nicola Tesla era un desastre en cuanto a relaciones sociales. ¿Y no era acaso un genio? Ciertamente, nadie es perfecto, pero los defectos no deben clasificar a las personas. Porque no hay nada más relativo que el pensamiento humano. Lo que a uno le gusta, a otro le desagrada. Y hay incluso gente que busca lo desagradable. Luego, ¿por qué enrocarnos en prejuicios? ¿Por qué no buscar hacer un balance de cualidades y defectos antes de lanzarnos a formarnos juicios sobre las personas? Antes de intentar valorar a alguien, busca conocerlo. Las primeras impresiones son a menudo traicioneras, y solo la confianza y el tiempo nos llevarán a entender de verdad como son las personas. No nos equivoquemos: El propio Napoleón no era solo un corso enano y temperamental, ni Einstein un loco que no sabía matemáticas.

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